La lengua
La lengua es un músculo que juega un papel muy importante, nos ayuda en la comunicación creando la caja de resonancia perfecta junto a los dientes para pronunciar ciertos sonidos, según su posición podemos pronunciar letras como la “L” la “R” o la “T” y es la encargada de ayudar a los alimentos que los dientes han triturado previamente a producir el primer paso en la deglución de los alimentos.
Revela aspectos importantes relacionados con la salud como por ejemplo la Hidratación, “nos da señales de alerta” cuando nos bajan las defensas como por ejemplo con algún afta (llaga) y en muchísimas ocasiones se diagnostican otras posibles patologías sistémicas. (Esto es un trabajo multidisciplinar donde varios profesionales y pruebas diagnósticas lo verifican) y es en la clínica dental donde se ve y se deriva con mayor frecuencia este tipo de problemas.
La lengua debe presentar un color rosado – rojizo palo, nunca debería presentar un color amarillento, blanco o negro, al ser una superficie irregular con varios surcos y pequeñas fisuritas de forma normal se puedan adherir con más facilidad ciertos alimentos más pegajosos y colorantes fuertes entre otros por lo que es muy importante mantenerla limpia en todo momento y cuidarla como debemos hacerlo con nuestros dientes.
A pesar de que la mayoría de los cepillos de dientes vienen diseñados en su parte trasera con unas marquitas rugosas que indican que es para limpiar la lengua yo no recomiendo su uso. Los estudios han demostrado que las bacterias viajan y colonizan muy rápidamente diferentes ambientes en la cavidad oral pero también hay otro tipo de bichitos que no se adhieren a todas las superficies de igual manera, hay microorganismos que permanecen en la superficie de la lengua y no en los dientes y viceversa. Además hay que añadir que se estima que hay una relación muy alta entre la halitosis (mal sabor y olor) con los microoganismos presentes en la lengua, ya que al presentar “surquitos” penetran en ellos y son colonizados por otros más rápidamente.
En conclusión lo ideal sería limpiar la lengua con un raspador lingual , instrumento muy sencillo preparado exclusivamente para ello que desinfectaremos después de su uso y guardaremos aislado del cepillo de dientes o también está la opción de utilizar otro cepillo de dientes diferente al de los dientes para realizar este procedimiento. La inversión del raspador lingual es poca en comparación con la del cambio de cepillo dental cada 3 meses (como opinión personal).
¿Tú también has estado utilizando el mismo cepillo para limpiar la lengua siempre?
¿Conocías los raspadores linguales? ¡Estoy deseando leeros!